Belleza abierta al cielo y al alma
Muy cerca de Valladolid, entre caminos de vegetación y antiguas haciendas, se encuentra uno de los cenotes más encantadores de Yucatán: Saamal. Un cenote abierto, de aguas profundas y frescas, enmarcado por la piedra viva y el cielo.
El Cenote Saamal es de los que no se ocultan. Su belleza es directa, expansiva, casi teatral. Desde que llegas, lo primero que sientes es el aire húmedo y ese murmullo eterno del agua cayendo desde lo alto, como una lluvia que no termina. La luz del sol se filtra en la superficie y la transforma en una piscina de jade, luminosa y profunda.
Naturaleza y cultura
Este cenote forma parte del casco de una antigua hacienda: Hacienda Selva Maya, un sitio que conjuga la arquitectura colonial con la fuerza indomable de la naturaleza yucateca. Aquí puedes nadar, saltar desde plataformas o simplemente contemplar la armonía entre piedra, agua y cielo.
Además de su belleza, Saamal es también una puerta simbólica: un recordatorio de los rituales mayas, del agua como portal sagrado, y de cómo la naturaleza puede ser refugio, espejo y experiencia.
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Visítalo temprano, cuando el silencio aún acompaña. Camina descalzo por su borde de piedra, sumérgete sin prisa, y deja que el frescor del agua te devuelva a ti mismo.
A veces, un destino no está en el mapa, sino en lo que sientes al llegar.
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